martes, 14 de mayo de 2013

Entusiasmo

 
Los griegos solían decir que el entusiasmo es el motor de la vida; y los motores funcionan gracias a la combustión, que permite el movimiento.
 
El entusiasmo nos sirve para explorar el mundo y para prepararnos de las contingencias que se pueden presentar a cada momento.
La falta de entusiasmo o de inspiración podría definirse como una falta de conexión con lo espiritual. Nos sentimos cansados, desanimados, desconectados de nuestra alma.
No en vano, cuando una persona se siente abatida o desanimada asegura que "se le ha caído el alma a los pies", o cuando se siente animada y resuelta, que "tiene el alma bien puesta", incluso "le vuelve el alma al cuerpo" cuando se tranquiliza tras un momento de temor.
Vivimos tan ocupados en llenar nuestros días con todo aquello necesario para la vida material, que olvidamos que somos en gran medida seres espirituales.

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