sábado, 18 de mayo de 2013

Nosotras tenemos la llave de nuestra felicidad


Las mujeres que padecen dependencia emocional, tienden a subestimarse. Esperan y dan por sentado que los demás tienen que saber cómo se sienten y que aprueben lo que ellas hagan. Generalmente, no encuentran esta aprobación, y mucho menos un agradecimiento a todo lo que hacen (y por mucho que hagan).
Buscan un constante sentido a su vida, a través de lo que hacen, cómo lo hacen, cómo se ven, cómo son con los demás, con lo que tienen. Mujeres complacientes y necesitadas de aprobación, su autoestima pierde el control, como una brújula sin norte. Esto las lleva a un desaliento hacia los demás, de la sociedad, hasta un desaliento personal, en el cual su autoestima, queda dañada. 
En vez de tratar de impresionar a los demás, de agradar, y querer demostrarles, lo bien que estamos,  o lo genial que somos, busquemos nuestro propio respeto: lo valiosas que somos, capacitadas para tener una vida plena, para confiar en nosotras mismas y disfrutar de la vida con alegría, sin esperar que alguien nos apruebe para ser felices. 
Somos nosotras las que tenemos la llave de nuestra propia felicidad, no permitamos que la tenga otra persona. Es nuestra llave, y debemos protegerla, porque nuestra felicidad depende de nosotras mismas.

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