Comprométete a sonreír más a menudo. Pero recuerda, que nadie sonríe solo, necesitamos a otros que sean los receptores de nuestras sonrisas. Acostúmbrate a utilizar un tono amable con los demás. Puedes empezar a practicarlo en las tiendas donde vayas a comprar. Decir "buenas tardes" o "que pase un buen día", o hacer un comentario amable, es un buen tónico para quienes atienden al público y para ti mismo.
Porque de eso se trata: de dar y de recibir, y solo a través de ese intercambio logramos la plenitud que anhelamos y la integración de todas las facetas de la vida.
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