Boris Cyrulnik puso de moda el término resiliencia en psicología.
La palabra viene de la física y describe la capacidad de un metal para, después de haber recibido un choque o una presión continua, recobrar su forma original. En psicología se refiere a la capacidad de las personas o grupos para sobreponerse al dolor emocional y salir adelante.
Uno de los ejemplos que más se ha investigado es el de los campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial. En las mismas condiciones, unas personas lograron sobrevivir conservando su integridad psicoemocional y pudieron, al finalizar la guerra, tener una vida "corriente", mientras que otras se hundieron emocionalmente y no lograron sobrevivir o fueron desdichadas.
Los resultados en un caso y en otro muestran que el ser humano es complejo y las circunstancias en que vive son también muy diversas.
Pero sí que hay algunos rasgos que se han podido determinar. Las personas que sobrellevan mejor las situaciones difíciles cuentan con: autoestima, confianza, optimismo, esperanza, autonomía e independencia, resistencia o capacidad para soportar el estrés, sociabilidad, capacidad de tener emociones muy diversas, actitud positiva que permite confrontar los problemas para resolverlos, previendo las consecuencias.
Quienes sobreviven en condiciones adversas realmente límite puede tener asimismo cierta capacidad para aislarse en un momento crítico, a la espera de que pasen las malas condiciones.
Cyrulnik subraya que aquellos que tuvieron una infancia más difícil fueron más eficaces en el logro de una vida feliz: sublimaron y controlaron sus emociones, fueron altruistas y no perdieron el sentido del humor.
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