Cada vez que te cargas con algo para lo que no tienes tiempo, te lo quitas a tí misma, y dejas de respetarte, porque tu ocio también es importante, ¿o no?
Cuando alguien te pide un favor, cuenta con las dos opciones: que le digas que sí o que le digas que no. Si dices que sí, por evitar un conflicto, o porque piensas que así eres mejor persona, te equivocas. Te estás ninguneando y cuando te pongas a hacer lo que te han pedido, estarás maldiciendo pensando "con lo a gusto que estaría yo ahora en la playa, sintiendo como floto en el agua, evadiéndome de mis problemas y descargándome de mis problemas y descargándome de todo el estrés del día".
No confundas la solidaridad y ser buena persona con perder tu vida privada y tu tiempo de disfrute. Piensa dónde están tus límites y haz porque se respeten.