Nuestros pensamientos y las palabras que utilizamos para expresarnos son sumamente poderosas y podemos beneficiarnos con ello o contribuir a nuestro desánimo. Si ante una situación difícil lo primero que te viene a la mente es: "¡Qué desastre! No podré salir de ésta", probablemente no podrás "salir de ésta".
Palabras como "difícil", "no", "imposible" y otras cargadas de connotaciones negativas influyen tremendamente en tus emociones y en tu modo de actuar porque de alguna manera te auto-programas para que las cosas no salgan como en realidad desearías.
Lo que puedes hacer es comenzar por ser consciente de estas palabras cuando las digas y poco a poco ir cambiándolas por construcciones positivas.
Hola cuando puedas pasate por mi blog a recoger el Premio Princess, que te ge dejado en el enlace
ResponderEliminarhttp://laporteriadenela.blogspot.com/2010/03/gracias-nikkita-por-otorgarme-el-premio.html
Besos
Nela
Me lo dijo un "crack" de entrevistas de trabajo.... "Siempre positivo". Y en parte tenía razón, como lo que tú dices en el post.
ResponderEliminarSi uno quiere, no todo es tan, tan negativo.
Muy cierto! A mí me pasa con la palabra "pobrecita". Como de chica, me enseñaron que la compasión era re buena, empecé a asociar el pobrecita o pobrecito como palabra positiva. ¡Y no lo es! Es mejor dar ánimos o ideas para salir de los problemas, que solo dedicarse a pobretear.
ResponderEliminarAbrazos!