"Justamente, para hablar menos y escuchar más". Respondió.
Mucho tiempo más tarde, numerosos filósofos retomaron esta idea para criticar a los que dicen cosas de las que después se arrepienten, y para comenzar a valorar la importancia de la escucha y la reflexión.
Hola Carolina, muy acertada tu entrada. Es cierto que tenemos que ser más oidos que boca, de esa forma se evitarían muchas injusticias con tanta palabra.
ResponderEliminarUn gusto haber visitado tu sitio.
Un abrazo
Viene al hilo otro refrán popular que dice: Por la boca muere el pez. En nuestra etapa de aprendizaje estudiantil utilizamos más el sentido del oido que el de la voz. Es así que dedemos escuchar a nuestros maestros, profesores, etc... para, después de comprender y razonar lo escuchado atrevernos a expresar opinión.
ResponderEliminarEl saber escuchar (que no oir) es de prudentes, por lo tanto el filósofo tenía, eso que se dice, más razón que un santo.
Muy buena reflexión ciudadana. Ha sido un placer visitarte.
http://ventanademarbella.blogspot.com
Patokata, me alegra un montón tu visita! Y la palabra cuando se suelta puede ser como un piedra. Un abrazo.
ResponderEliminarHola José Manuel, me ha agradado mucho tu aportación y me quedo con la frase: no es lo mismo escuchar que oir.
ResponderEliminarQue tengas un feliz fin de semana.
Un abrazo.
qué dulce reprimenda! :)
ResponderEliminarGracias Lorena por tu visita. Nos leemos. Un abrazo.
ResponderEliminarMe temo que soy de los que tienen dos bocas y una sola orjea. Aunque es positivo, constructivo que alguien me recuerde la importancia de escuchar.
ResponderEliminarGracias Carolina, lo recordaré.
Hola Igor,
ResponderEliminaryo tengo que recordármelo a menudo y hay temporadas que se me olvida por completo.
A ver si por escrito se me queda más!!!
Je, je.
ResponderEliminarEsa sería un buen argumento cuando te preguntas por qué escribes...
Mira, no se me había ocurrido... jejeje
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